Como cuidador, usted se encarga de las necesidades de una persona que está enferma o discapacitada. En la mayoría de los casos, usted debe actuar como cuidador cuando una persona se lesiona o tiene una enfermedad como cáncer, enfermedad de Alzheimer o esquizofrenia. Puede ser que usted no se sienta preparada para lidiar con la situación pero siente que es lo correcto.
Ser cuidador es una labor muy dura. Frecuentemente la persona tiene muchas necesidades y hay que tomar decisiones. Es mucha responsabilidad. Puede sentir que la vida de esta persona depende de usted y esto puede ser cierto.
La labor de cuidador puede ser estresante de manera física, mental, y emocional. Puede que en algunos momentos piense que es demasiado para usted. Es importante que se también se cuide a sí mismo. Es correcto decir que necesita un descanso o necesita ayuda. A continuación, se muestran algunas sugerencias para ayudarle a usted y a la persona que cuida.
Sepa qué esperar
- Aprenda sobre la condición de la persona. Esto puede ayudarla a entender mejor las limitaciones de la persona, saber cuáles son los síntomas que puede anticipar y tener una idea de las cosas que va a tener que hacer.
- Planifique por anticipado. Haga una lista de las cosas con las que es posible necesite ayuda. Por ejemplo:
- Cuidado personal, como bañar, vestir y ayudar a la persona a usar el baño.
- Tareas del hogar y el jardín, como la limpieza, lavar la ropa, palear la nieve y cortar el césped.
- Comidas, incluyendo una dieta especial u otras formas para preparar alimentos (como dietas líquidas o alimentación por tubo)
- Medicamentos, como surtir recetas, configurar la caja de las pastillas y aprender sobre los efectos secundarios
- Suministros, como ropa, alimentos y equipos médicos
- Llevar la persona a sus citas, incluyendo servicios de furgonetas o camiones, meter y sacar una silla de ruedas o andador de su propio automóvil, manejar la persona sí misma o si necesita que alguien le ayude
- Cuidado de enfermera, como cambiar vendas, cuidar de tubos para la respiración, vaciar bolsa de recolectar la orina o evacuación de las heces, o dar inyecciones
- Cambios al hogar, como quitar alfombras que quizás puedan causar caídas, instalar barras de seguridad en el baño o crear una habitación en la planta baja
- Asuntos financieros, como pagar las cuentas de la persona, entender los seguros de cobertura e informarse sobre programa gubernamentales o privados que puedan prestar ayuda
- Asuntos legales, como saber si la persona tiene un poder legal duradero, un testamento en vida o un abogado.
- Saber a quién llamar en distintas situaciones. ¿Cuándo debe llamar al profesional médico de la persona y cuando debe llamar al 911? ¿Qué número debe llamar si el equipo médico dejar de funcionar? ¿Puede llamar si necesita ayuda con el seguro?
Una vez que complete su lista, piense en las personas que pueden ayudar con estas cosas. Ser el cuidador principal no significa que usted tiene que hacerlo todo por sí misma. Probablemente conoce a personas que estarían dispuestas a ayudar con la compra de alimentos, palear la nieve o manejar. Piense en parientes, amistades, miembros de su iglesia y los trabajadores sociales o administradores de casos que puedan ayudarle. Pedir ayuda no siempre es fácil, pero puede ayudar a que no se agote y estrese.
- Acepte que los objetivos y necesidades de cuidado pueden variar a diario. Puede ser menos frustrante si usted anticipa que las cosas no siempre van a salir bien.
- Si la persona que recibe los cuidados no puede controlar lo que dice o hace, recuérdese a sí misma que es posible que el comportamiento sea un síntoma de la enfermedad. No lo tome como algo personal. Intente no discutir ni dar explicaciones.
Cuídese a sí misma
Preste atención a su propia salud física, mental y emocional. Si trabaja 24 horas al día, tendrá poco tiempo o nada de tiempo para cuidarse a sí misma. Si no toma medidas para evitarlo, podrá enfermarse o sufrir de agotamiento. Cuidarse a sí misma, le ayudará a usted y a su ser querido.
- Acepte sus propias limitaciones y las limitaciones de la persona a quien cuida y pida ayuda. A veces las personas quieren ser de ayuda pero no saben lo que podrían hacer. Sugiérales lo que pueden hacer para ayudarla. Aunque los demás no hagan las cosas exactamente como las hace usted, con tal de que estén ayudando, deje que lo hagan.
- Puede pedirle a alguien que permanezca con la persona que recibe los cuidados y que vea televisión con ella o le lea mientras usted toma un tiempo para sí misma.
- Para dormir bien durante la noche, pídale a alguien que pase la noche con la persona para responder a las exigencias nocturnas.
- Si la persona que cuida es un veterano de guerra, comuníquese con la oficina local del Departamento de Asuntos de los Veteranos y pregúnteles qué pueden hacer para ayudar. Su ser querido puede ser elegible para beneficios financieros o pueda gozar hablar sobre su servicio militar con otro veterano.
- Si necesita un descanso o necesita realizar un viaje por varios días, comuníquese con asilos de ancianos locales. Estos pueden ofrecer atención de relevo para su ser querido por hasta 2 semanas. Es posible que su profesional médico tenga que derivarlo y es posible que el seguro cubra o no cubra el cuidado de la persona si no es por razones médicas.
- Hable con las iglesias y otras organizaciones que tengan voluntarios que puedan llevar la persona a sus citas o ayudar con la preparación de comidas o ir de compras.
- Comuníquese con agencias de consejería, agencias de servicios sociales y servicios de tareas domésticas y salud en el hogar. Agencias de servicios de salud en el hogar pueden tener asistentes de enfermeras certificadas que pueden cambiar la ropa de cama y medir la presión arterial, temperatura y el pulso.
- Comuníquese con la línea directa del Localizador de Atención Nacional para Ancianos (1-800-677-1116) para obtener ayuda en la búsqueda de recursos comunitarios para adultos mayores y sus cuidadores. Es posible que esta ayuda incluya temas sobre beneficios, asilos, transporte, y actividades para adultos de más edad.
- Es posible que desee contratar a un administrador de cuidados geriátricos. Los administradores de cuidados geriátricos pueden evaluar necesidades, organizar servicios en el hogar, ayudar con la gestión financiera e, inclusive, llevar a la persona a las citas médicas por usted. Son expertos en los servicios disponibles en la comunidad. No se proporcionará ningún servicio con el que usted no esté de acuerdo. Puede utilizar sus servicios una única vez, durante un período corto de tiempo o de forma permanente. La Agencia para personas mayores o el Localizador de atención para Ancianos pueden ayudarlo a buscar administradores de cuidados geriátricos.
- Cuide de su salud emocional.
- Es normal sentir emociones fuertes cuando se cuida a otra persona a largo plazo. Es posible que a veces se sienta enojada y frustrada o disgustada. Estas son emociones comunes y normales. Puede ser que sienta que ha llegado a su límite o que ya no puede aguantar más. Ayuda que tome su tiempo para pensar sobre las cosas y no tomar una decisión mientras está enojada o disgustada. Puede ser útil que hable sobre sus sentimientos con un pariente, una amistad, o un consejero.
- Muchas cosas distintas pueden causar el enojo cuando se es un cuidador. Esto puede incluir problemas con el sistema médico o las exigencias de la persona a quien cuida. El enojo es normal, pero es importante no demostrarlo de forma perjudicial. Puede ser útil tomarse un momento y salirse de la habitación por un tiempo corto. Respirar profundamente durante unos minutos también puede ayudar a calmarla. Obtenga ayuda profesional si cree que su enojo puede causar que se lesione a sí mismo o a otras personas.
- Intente llevar apuntes en un diario. Anote sus pensamientos, frustraciones y enojo. Llevar un diario puede ser una buena forma de aliviar el estrés. Asimismo lleve un registro de cuentos divertidos y de las cosas buenas que ocurren. Sus notas de diario pueden ser una gran fuente de consuelo y alegría.
- A veces su ser querido puede llamar la atención cuando estén en lugares públicos. Es normal y común sentirse avergonzado a causa de esto. Recuerde que es la enfermedad y no la persona que la causa del problema.
- Piense sobre las razones por las cuales usted es cuidador de otra persona. Es posible que sea su manera de ayudar a alguien a quien quiere. Puede ser su forma de agradecerles lo que han hecho por usted en el pasado.
- Encuentre maneras de relajarse, por ejemplo, dedicándose a un pasatiempo, escuchando música, viendo películas, haciendo caminatas o recibiendo un masaje. Cuando sienta estrés, pruebe hacer ejercicios de respiración profunda o la meditación. De vez en cuando salga y diviértase.
- Busque respaldo.
- Únase a un grupo de apoyo para cuidadores. Hablar con otras personas y compartir problemas realmente ayuda. Sepa que no está sola con sus inquietudes.
- Tenga reuniones con miembros de la familia para compartir sentimientos e información y para hacer planes. De ser posible, incluya a la persona que recibe los cuidados en esas reuniones.
- Hable con un amigo que le permita expresar su frustración, enojo, y lágrimas.
- Cuide su salud física.
- Intente dormir un mínimo de 7 a 9 horas cada noche. Siga una dieta saludable. Limite la cafeína. Si fuma, deje de hacerlo. Evite el alcohol y las drogas. Haga ejercicio siguiendo las instrucciones de su profesional médico.
- Considere ingresar a su ser querido en un centro de cuidados para adultos por unas horas al día o cada semana para que pueda cuidar de su salud.
Dese cuenta que con el tiempo, el cuidado que la persona va a necesitar puede llegar a ser más de lo que usted pueda dar. La persona puede volverse más pesada de lo que usted pueda levantar, o puede que se vuelva violenta. Es posible que usted tenga problemas de salud que le impiden cuidar de otra persona. En ese caso, es posible que llevar a la persona a un asilo de ancianos pueda ser lo más considerado de su parte. Es probable que sea un golpe emocional pero, aun así, puede que sea la mejor opción.
Ser un cuidador requiere mucho tiempo y energía. Sin embargo puede haber gran satisfacción y alegría en saber que usted hizo todo lo posible por su ser querido. La clave es mantener el equilibrio entre cuidar a la persona y cuidarse a sí misma.
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